El presente artículo persigue dar cuenta de las intervenciones que se han llevado a cabo en el Estadio Nacional desde su declaratoria como monumento histórico en calidad de sitio de memoria el año 2003, momento en que comienza un proceso efectivo de resignificación por su condición como centro de detención, tortura y exterminio. Esto, en relación al contexto de los grandes eventos deportivos y en forma especial de los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos Santiago 2023, cuando opera la mayor transformación ocurrida en el recinto, desde su creación en 1938, que coincide con la conmemoración de los cincuenta años del golpe de Estado. A partir de estas intervenciones, se busca evidenciar en qué medida se hacen cargo de su condición patrimonial, y ponen en valor el Sitio de memoria, a la vez que presentan una oportunidad en materia de educación en derechos humanos.